Biólogos de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza de la UNAM trabajan en un proyecto para el tratamiento y reuso de aguas residuales en el poblado de Ocotza, de la comunidad de Villagrán, municipio de Ixmiquilpan, Hidalgo
Diario de México
2007-06-04 10:04 am
Biólogos de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza de la UNAM trabajan en un proyecto para el tratamiento y reuso de aguas residuales en el poblado de Ocotza, de la comunidad de Villagrán, municipio de Ixmiquilpan, Hidalgo.
Para tal fin crearon humedales artificiales que, por su capacidad natural de remover contaminantes, son sistemas importantes para el cuidado y recuperación del vital líquido.
La idea nació a partir de una propuesta encabezada por Eliseo Cantellano de Rosas, profesor de la carrera de Biología, quien propuso desarrollar iniciativas académicas con contenidos de ingeniería ecológica, que partiesen de las condiciones reales de una comunidad o región específica.
El grupo de biólogos encabezados por el docente estudió las particularidades de diversas zonas para aplicar las propuestas; el Valle del Mezquital resultó ser ideal por sus características semiáridas, escasez de recursos naturales, suelos pobres y clima extremo.
Sus habitantes utilizan aguas residuales para la actividad agrícola, particularmente en la producción de hortalizas. Ésta se vio afectada por una Norma Oficial que limitaba el uso de estos vertidos para el cultivo. Por tal motivo se buscaron alternativas para su tratamiento al alcance de grupos rurales, con una base natural. La solución fue crear humedales. La propuesta se expuso en una asamblea comunitaria a los habitantes de la región y varios grupos se interesaron en las bondades ecológicas y sociales del proyecto.
El equipo de la FES visitó diversos poblados para explorar las condiciones ambientales y socioeconómicas, y se llegó a Villagrán; ahí se construyó un pequeño humedal de 4 X 6 metros cuadrados para que la comunidad conociera sus resultados para eliminar contaminantes. Ahora su extensión es de mil metros con seis estanques piscícolas con tilapia.
El biólogo Eliseo Cantellano señaló que el éxito de este dispositivo radica en su diseño, que debe considerar las características del agua residual, los flujos a manejar, el sustrato y las especies biológicas. Se consideraron los desniveles del terreno, ya que a partir de ellos manejan la cantidad de oxígeno, “clave en el sistema”.
La propuesta se dio gracias a la experiencia adquirida en Texcoco, Estado de México, con un grupo canadiense. Ahí se obtuvieron las bases científicas de esta empresa, que generó un artículo ubicado entre los más consultados de la revista Ecological Engineering, dijo.
Una parte importante del humedal de Villagrán fue que las aguas tratadas no eran crudas. Con un recorrido de 70 kilómetros, provienen de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México. Cuando sale de esta área, se bombea y pasa por dos presas donde hay procesos de sedimentación, luz solar y ultravioleta; esto disminuye la contaminación, inclusive recorre canales donde hay caídas, microorganismos y plantas acuáticas y flotantes, al establecer procedimientos de auto depuración natural, explicó.
Si bien el líquido que llega al Valle del Mezquital no tiene altos niveles de tóxicos, en ocasiones se presentan cantidades variables de coliformes fecales y metales pesados; pero el diseño es capaz de removerlos. Para verificar que el flujo tratado esté libre, la Comisión Nacional del Agua (CNA) hizo muestreos y comprobó tal disminución, detalló.
Además del rescate ecológico, los humedales constituyen una mejora en las condiciones sociales y económicas de la región. Ahora la comunidad produce plantas ornamentales y los alcatraces crecieron de manera satisfactoria: a la fecha se obtienen 300 plantas por semana, esto genera un ingreso económico para las familias involucradas, aseveró.
Pero además, agregó, la población decidió criar peces. Para esto, contaron con la asesoría del profesor Guillermo Blancas Arroyo, también de esta unidad multidisciplinaria, especialista en piscicultura. Fue una idea de los habitantes, que al principio tenían una organización de cultivo de alfalfa y ganado, y ahora son productores de tilapia.
Por su parte, Marisela Arteaga Mejía, académica de la FES, destacó que la intervención de la gente fue determinante para el proyecto. Gracias a su entusiasmo se obtuvo apoyo del gobierno estatal, del Sistema DIF, la Secretaria de Agricultura y la Fundación Produce Hidalgo. En los últimos años, se integraron biólogos dedicados a la acuacultura, ampliándose los filtros y equipando los estanques con sistemas modernos de aireación; en opinión de los habitantes ya no es un proyecto académico sino productivo.
En la actualidad se da seguimiento a la calidad del recurso y de los productos derivados del sistema, con la participación de Arteaga Mejía, quien apuntó que se realizan análisis físicos, químicos y biológicos de las aguas residuales crudas posterior a su paso por los módulos en cada estanque y antes de ser utilizadas.
Este proceso mide parámetros de diseño, como tipo, tamaño y dimensiones de las celdas que lo conforman, e identifica la presencia de coliformes fecales, detergentes, grasas y aceites, metales pesados, nitrógeno, fósforo, altas cargas de materia orgánica, medidas de demanda bioquímica de oxígeno, especificó.
Arteaga Mejía concluyó que las muestras son estudiadas en el Laboratorio de Proyectos Ambientales. Los alumnos de la carrera de Biología de octavo y noveno semestres hacen estas actividades, que son parte de su formación, vía proyecto de investigación. Tienen un escenario real de la biología aplicada al manejo del líquido y conocen el nuevo concepto del agua como recurso eficiente fundamental que requiere de tratamiento.
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