Presa en Álvaro Obregón agoniza por aguas negras

Vecinos de 10 colonias de la demarcación denuncian el riesgo de que el vaso Becerra ‘A’ se desborde por las lluvias. Exigen que autoridades realicen trabajos de desazolve

JORGE ALEJANDRO MEDELLÍN
El Universal
Sábado 30 de junio de 2007
Cuando no vienen a tirarles perros muertos, todos tiesos y malolientes, les vienen a dejar coronas fúnebres y hasta ataúdes nuevecitos, pero sin ocupante y llenos de cobijas sucias.

La pestilencia en la presa Becerra “A”, una de las 13 que existen en la delegación Álvaro Obregón, es insoportable en los días de calor, cuando todo está seco, cuando los animales muertos y lo que arrastran las aguas negras están a flor de tierra y sus esencias se meten a las casas, patios y escuelas de colonias como Cápula, Jalalpa, La Cañada, Las Golondrinas o Barrio Norte.

Aunque el olor es insoportable, y las infecciones de la piel y la plaga de ratas no dan tregua, el problema ahora está en las lluvias y el riesgo para los vecinos de al menos 10 colonias de la zona, dice Rosa María Acosta López, líder vecinal en la avenida Minas, en Barrio Norte, quien desde hace 45 años radica en este rumbo.

Veinte años no es nada

Hace poco más de tres décadas esto era muy distinto, recuerda. Allá arriba había un ojo de agua, claro, transparente. Cuando acababan los aguaceros, los muchachos se juntaban y se iban a agarrar renacuajos y hasta tortuguitas.

Pero con el tiempo la presa, que era un vaso de aguas pluviales, se volvió depósito de aguas negras por el crecimiento de las colonias y la llegada de más gente.

Hoy las lluvias lo amenazan todo, comenzando por los vecinos de este lugar en donde la presa no ha sido desazolvada en 10 años.

Los sedimentos, que por ahora parecen secos, están a la vista y deben tener por lo menos unos siete u ocho metros más de profundidad, alerta el diputado local del PRD Humberto Morgan Colón.

“Esta es una de las pocas presas de las que nadie se ha ocupado en una década y la situación para la gente que vive aquí es muy seria”.

Además de las enfermedades, de la basura y de las ratas, están las lluvias y el antecedente reciente de inundaciones y daños a los habitantes de esta parte de la Álvaro Obregón, explica Morgan.

Si el desazolve no se ha hecho es por falta de recursos financieros, ya que sólo siete de las 13 presas de la Álvaro Obregón fueron atendidas este año, señala el director de Obras y Desarrollo de la delegación, José Luis Zamora Tapia.

Explica en entrevista telefónica que el plan era atender todas las presas de la demarcación, pero los responsables del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACM) les informaron que sólo se desazolvarían siete de las 13 presas.

¿La razón? Falta de dinero, le dijeron las autoridades del gobierno del Distrito Federal (GDF). Zamora Tapia recuerda que el desazolve de las presas que existen en la capital es responsabilidad del Sistema de Aguas de la Ciudad de México; es decir, del GDF, no de la delegación.

Zamora detalla que este año se hicieron desazolves en las presas Tarango, Mixcoac, Anzaldo, Las Flores, Xalatlaco, Tacubaya y Becerra “C” (la de mayor capacidad de las tres existentes con el mismo nombre).

“Nosotros hemos insistido en que este año se hicieran (los desazolves) de las 13 presas que tenemos en la delegación, pero sólo se hizo con las de mayor capacidad y en donde se pueden presentar los conflictos mayores”, agrega el funcionario delegacional.

El pasado 4 de junio, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) indicó en un comunicado (boletín número 071-07) que estaba en marcha un programa de monitoreo permanente en presas y cauces del valle de México.

Estas acciones, aseguró la comisión, “permitirán mitigar los riesgos en los 210 puntos ubicados en el Atlas de riesgo del estado de México y los 129 puntos de inundación del Distrito Federal”.

La Comisión Nacional del Agua señaló en su comunicado que “los trabajos de mantenimiento, desazolve y limpieza de ríos y presas iniciaron en el mes de abril y culminan en diciembre”, y que a ellos se destinará un presupuesto cercano a los 120 millones de pesos.