Milenio.com, 30 de agosto, 2007
El fenómeno pasó a unos 50 metros de la comunidad hidalguense.
Pachuca, Hidalgo.– Miguel García Conde, director general de Protección Civil de Hidalgo, negó que se haya producido un tornado en los llanos de Apan, y señaló que ‘técnicamente fue un remolino de grandes dimensiones y fuertes rachas de viento’.
Dijo que el fenómeno que ocurrió el pasado lunes ocasionó el desprendimiento de al menos 25 árboles pequeños y la techumbre de un corral, así como inundaciones en los campos de cultivo de la comunidad de Cocinillas, perteneciente al municipio de Apan.
Subrayó que técnicamente no fue un tornado, como se aseguro en algunos medios de comunicación estatal y nacional, sino un fuerte remolino o ‘víbora de agua’ que alarmó a la población, pero afortunadamente el fenómeno pasó a unos 50 metros de la comunidad.
Sin embargo, para Luis Amezcua, alumno de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien realiza su tesis sobre tornados en México, durante 2002 se presentaron dos fenómenos parecidos en este mismo lugar, además de otros denominados como ‘víboras de agua’.
De acuerdo al joven investigador, el 1 de abril del 2002, junto con un grupo de investigadores, obtuvo evidencias de que en la comunidad Mala Yerba se presento un tornado similar a un F1, según la escala de Fujita.
Por su parte, autoridades del municipio reportaron que durante el fenómeno al menos 8 hectáreas de cebada se vieron afectadas, por lo que levantaron un censo para contabilizar los daños.
Notimex
El fenómeno pasó a unos 50 metros de la comunidad hidalguense.
Pachuca, Hidalgo.– Miguel García Conde, director general de Protección Civil de Hidalgo, negó que se haya producido un tornado en los llanos de Apan, y señaló que ‘técnicamente fue un remolino de grandes dimensiones y fuertes rachas de viento’.
Dijo que el fenómeno que ocurrió el pasado lunes ocasionó el desprendimiento de al menos 25 árboles pequeños y la techumbre de un corral, así como inundaciones en los campos de cultivo de la comunidad de Cocinillas, perteneciente al municipio de Apan.
Subrayó que técnicamente no fue un tornado, como se aseguro en algunos medios de comunicación estatal y nacional, sino un fuerte remolino o ‘víbora de agua’ que alarmó a la población, pero afortunadamente el fenómeno pasó a unos 50 metros de la comunidad.
Sin embargo, para Luis Amezcua, alumno de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien realiza su tesis sobre tornados en México, durante 2002 se presentaron dos fenómenos parecidos en este mismo lugar, además de otros denominados como ‘víboras de agua’.
De acuerdo al joven investigador, el 1 de abril del 2002, junto con un grupo de investigadores, obtuvo evidencias de que en la comunidad Mala Yerba se presento un tornado similar a un F1, según la escala de Fujita.
Por su parte, autoridades del municipio reportaron que durante el fenómeno al menos 8 hectáreas de cebada se vieron afectadas, por lo que levantaron un censo para contabilizar los daños.
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