Temen por deshielo de Groenlandia

Los hielos de Groenlandia se derriten más rápidamente en las zonas costeras, revela un estudio realizado en Canadá
Reforma
AFP
Vancouver, Canadá (2 mayo 2007).- El nivel de los océanos podría elevarse siete metros si el casquete glaciar de Groenlandia se derrite enteramente debido al calentamiento global, según investigadores canadienses.
Los hielos de Groenlandia, segunda reserva de agua dulce congelada del mundo, después de la Antártida, se derriten más rápidamente en las zonas costeras aunque se mantienen por ahora intactas en el centro del casquete glaciar, indicó Garry Clarke, profesor de la universidad de Colombia Británica, en el oeste de Canadá.
Pero el calentamiento global podría generar derretimientos mayores que los que ha conocido Groenlandia hasta ahora, entre dos periodos glaciares, estimó.
"Eso podría traducirse en la desaparición total del casquete glaciar de Groenlandia", declaró Clarke durante un encuentro de especialistas de clima el martes en Vancouver (oeste).
"Todavía no sabemos cuándo se producirá esto", añadió.
Los especialistas estiman que el derretimiento total del casquete glaciar de Groenlandia provocaría un incremento promedio del nivel de los océanos de aproximadamente siete metros, lo que tendría consecuencias catastróficas para las zonas costeras y algunas islas.
Los investigadores que participan en el encuentro pertenecen a la Fundación canadiense para el clima y las ciencias de la atmósfera, que agrupa a universitarios del conjunto del país.
Subrayaron que los conocimientos actuales, basados fundamentalmente en un sistema de observación por satélite, todavía eran muy insuficientes.
"Hay mucha incertidumbre en las previsiones", declaró Shawn Marshall, geógrafo de la universidad de Calgary.
Por su situación geográfica, Canadá será uno de los países más afectados por el calentamiento global, destacó por su parte Gordon McBean, que preside el grupo de investigadores.
Varios científicos criticaron así el plan medioambiental anunciado la semana pasada por el gobierno conservador canadiense, que no respetará los objetivos fijados por el protocolo de Kyoto sobre la reducción de las emisiones de gases con efecto invernadero.