La investigadora Tereza Cavazos, del Departamento de Oceanografía Física del Cicese, resalta que este verano será más caluroso de lo normal con temperaturas por arriba del 70% de la media
POR LILIANA CHÁVEZ
El Imparcial, mayo 9, 2007.
lchavez@elimparcial.com
Este verano va a ser más caliente de lo normal, con temperaturas 70% arriba de la media en el Noroeste de México; todos los modelos muestran este panorama, explica la doctora en climatología Tereza Cavazos.
Esta situación que prevé desde Estados Unidos la Administración Nacional en Océanos y Atmósfera (NOAA, por sus siglas en inglés), agravará el problema de la disponibilidad del agua y traerá consecuencias graves para los habitantes de las zonas áridas.
“En el caso particular de Sonora, tienen pocos acuíferos se les ha sacado mucha agua, acaba de salir de una sequía que duró cinco años y la población ha incrementado”, explica.
Como investigadora del Centro de Investigaciones Científicas y de Educación Superior de Ensenada (Cicese), Cavazos se ha especializado en estudiar el clima de la región Noroeste de México.
En entrevista para EL IMPARCIAL la doctora comenta que el problema más grave para el Norte será la falta de agua debido a que se prevén menos lluvias. Las consecuencias serían sequías prolongadas por varios años, impactos en ganadería, olas de calor más intensas, además de una mayor exposición de la población a los desastres naturales a causa del aumento de eventos extremos.
Para el 2020 se proyecta una disponibilidad menor a los mil metros cúbicos para habitante por año, cantidad que casi marca la escasez completa; “eso es bajísimo, sobre todo si la población sigue aumentando”.
Ante el foro “El cambio climático y su impacto en el campo” convocado por la Comisión de desarrollo rural de la Cámara de Senadores el pasado 16 de febrero, la climatóloga comentó que el cambio en las temperaturas puede tener impactos no sólo en la sociedad, sino también en la flora, fauna y en la agricultura.
“Nuestro País presenta patrones climáticos complejos que son resultado de las interacciones entre el océano, la atmósfera y la topografía, así como los patrones de uso de suelo, urbanización y de los cambios en la cobertura vegetal”, escribe en su informe.
Aunque por estas razones es difícil precisar cuántos grados aumentará la temperatura, hay investigadores que ya han reportado aumento en la temperatura mínima en las zonas áridas de México y un aumento en el número de días secos por año.
“El desierto de Sonora-Arizona y el de El Vizcaíno, en Baja California, han aumentado su temperatura, muchas especies dependen de cierta temperatura y les afecta un cambio continuo de temperatura”, dice con base en investigaciones recientes sobre el tema.
Así, las especies presentarán una migración que repercutirá en la pesca, por ejemplo, ya que los peces emigrarán según la temperatura del mar; y en la agricultura, pues los actuales cultivos no resistirán y los agricultores deberán pensar en nuevos productos.
Las zonas áridas y semiáridas, en ocupan más del 53% del territorio nacional, expone Cavazos en la gaceta “Todos@cicese”, son las más vulnerables a la variabilidad y cambio climático junto con las zonas costeras y las de riesgo por inundaciones.
La contradicción y el riesgo está en el uso del suelo: “Las zonas áridas y semiáridas son las menos aptas para la agricultura y, sin embargo, los estados del Norte y Centro son los principales productores de granos, hortalizas, pastizales y ganado en el País”.
POSIBLES SOLUCIONES
La necesidad de adaptarse a un nuevo régimen climático es urgente ante el aumento de una población y una industria que requieren más agua para sobrevivir, por lo que se requiere del esfuerzo de la sociedad y el Gobierno.
“El cambio climático ya empezó, y aunque no queramos ya hay una gran cantidad de combustibles fósiles en la atmósfera que tendrán impacto por varias décadas, lo que tenemos que hacer es tratar de mitigar esos impactos para que no sean tan fuertes”, afirma Tereza Cavazos.
A pesar de que los habitantes de las zonas áridas del País están acostumbrados a vivir con poca lluvia y temperaturas de 45 grados, si la situación se agrava podría haber más cantidad de días de condiciones climáticas extremas que pueden provocar enfermedades y muerte: “Al vivir en el Norte estamos acostumbrados a esos impactos, pero el problema es qué tan intenso puede ser”.
A pesar de que los habitantes de las zonas áridas del País están acostumbrados a vivir con poca lluvia y temperaturas de 45 grados, si la situación se agrava podría haber más cantidad de días de condiciones climáticas extremas que pueden provocar enfermedades y muerte: “Al vivir en el Norte estamos acostumbrados a esos impactos, pero el problema es qué tan intenso puede ser”.
Por ello, es importante que el gobierno y la población en general se preocupe ya en cuidar el agua, en buscar técnicas de uso y reuso, por ejemplo, a través de la desalinización, tomando en cuenta la ventaja de tener el mar cerca.
Otra forma de mitigar los efectos del cambio de clima es la reforestación, pero con el cuidado de plantar especies adecuadas para la región, como matorrales o mezquites y no árboles que consuman mucha agua.
La lista de pendientes ante el problema del cambio climático en México incluye también un mayor presupuesto para las investigaciones en hidroclima y océanos, puesto que son muy pocos los datos que se tienen para validar el impacto de los fenómenos naturales. “Para evitar desastres naturales o prevenir el impacto hace falta mejorar las bases de observaciones, el monitoreo de la superficie de océano y atmósfera”, advierte Cavazos.
De la atención que el Gobierno preste a los esfuerzos científicos por mitigar el problema y la educación que la sociedad tenga sobre el cuidado del ambiente, dependerá nuestra adaptación y supervivencia ante el nuevo panorama que la naturaleza presenta.
¿QUIÉN ES TEREZA CAVAZOS?
- Investigadora del Departamento de Oceanografía Física del Centro de Investigaciones Científicas y de Educación Superior de Ensenada (Cicese).
- Licenciada en Física por la Universidad Autónoma de Nuevo León.
- Maestría en Meteorología en la Universidad de Wisconsin-Madison.
- Doctorado en Climatología por la Universidad del Estado de Pennsylvania.
- Realiza estudios en variabilidad de eventos extremos de lluvia en el Noroeste de México bajo condiciones actuales y de cambio climático.
- Ha publicado artículos en revistas científicas como “Geofísica internacional”, “International Journal of Climatology”, “Climate Research” y “Journal of Hydrometerology”.
- Ha participando en el panel de revisión del Instituto Americano para el Cambio Global y organizadora del Simposio Regional sobre el Clima y el Agua en el Noroeste de México.
- Es parte del comité científico del “North American Monsoon Experiment” y del Sistema Nacional de Investigadores Nivel I.
- Ha sido miembro de la Sociedad Meteorológica Americana, Mujeres de Ciencia e Ingeniería
- Asociación Americana de Mujeres Universitarias, Unión Geofísica Mexicana y Unión Geofísica Americana.
- Entre los reconocimientos que ha recibido se encuentran la Medalla de Reconocimiento al Mérito Ciudadano en el área de Ciencia, por el municipio de Allende, Nuevo León; el Premio “E. Willard Miller” de la Universidad del Estado de Pennsylvania y el Primer Premio de la Competencia de Artículos del Grupo de Especialidad Climática de la Asociación Americana de Geógrafos”.
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