domingo, 30 de septiembre de 2007

Xalatlaco, fábrica de agua que se resiste a morir

El Universal, DF / 20 de septiembre 2007
Emilio Fernández

XALATLACO, Méx. — En el significado de su nombre está su importancia. “Lugar de agua sobre la arena en la barranca”, es su definición en náhuatl. El agua es el tesoro más preciado para los habitantes de Xalatlaco, pero esa joya natural está en peligro.

En este municipio mexiquense ubicado a 2 mil 700 metros sobre el nivel del mar, que se encuentra a 50 kilómetros de distancia de la ciudad de México, a 32 de Toluca y a 75 de Cuernavaca; donde el líquido nunca faltaba, ahora empieza a escasear.

En Xalatlaco por siempre ha abundado el agua, ya que la mayor parte de sus 93 kilómetros cuadrados de extensión territorial son de bosque, lo que permite almacenar las aguas cíclicas y pluviales.

Las zonas forestadas producen humedecimiento profundo y generan escurrimientos subterráneos y superficiales que dan origen a múltiples manantiales, 29 en total. Un río con cuatro afluentes que nace en la cabecera municipal y otro más llamado Agua Grande, son sus principales fuentes de abastecimiento.

Pero nada es para siempre, según el refrán. La tala clandestina, el crecimiento poblacional, la erosión y la contaminación de los afluentes, han creado una combinación mortífera que ya tiene preocupados a los pobladores de esta región que forma parte de la cordillera del Ajusco.

La disponibilidad de agua por habitante en Xalatlaco es de 200 litros, calculan Moisés Fernández Pacheco y Pedro Cuadros Cruces, presidente y secretario general del Comité Central de Agua Potable del municipio, cuando hace apenas unos años era mayor.

Desde el año pasado, cuenta Pedro Cuadros, iniciaron los problemas por la falta del líquido en algunas zonas de este municipio enclavado en el bosque, donde existen microclimas que propician precipitaciones pluviales constantes.

En temporada de estiaje y aun en lluvias, cuando se supone que la cantidad de agua es mayor, ya se tandea el líquido, expresó.

Hay algunas comunidades de la parte baja de Xalatlaco que sufren por la falta del suministro.

Los daños

La compañía Villaverde, que utilizaba 10 mil litros de insecticida por cada hectárea, causó daños a los manantiales que desembocan en la cuenca del Alto Lerma.

Esa misma empresa que cultivaba papa, recordó Pedro Cuadros, tenía un cañón que disparaba a las nubes que se formaban en el área de sus sembradíos para evitar que lloviera y la precipitación pluvial esperada por los residentes nunca caía, lo que afectó el entorno ecológico hace un año.

El rancho de la familia Camil —señaló Moisés Fernández— donde se crían caballos, también ha causado daños a los manantiales, pues se ha detectado materia fecal en el agua de San Juan Tomasquillo, lo que significa, dijo, que no es apta para el consumo humano.

Fernando Mejía Reza, presidente del Comisariado de Bienes Comunales de Xalatlaco, lamentó que la tala clandestina no se ha erradicado en la zona boscosa del municipio a pesar de los operativos que se realizan.

En la comunidad de Los Tejocotes habitan los principales taladores de la zona y eso lo sabe todo el mundo. El daño no sólo es a los árboles, sino a todo el ecosistema de la región, expresó.

El resentimiento

Los nativos de Xalatlaco tienen un resentimiento profundo con el gobierno federal, estatal y con el del Distrito Federal.

De sus manantiales sale el agua que se consume en algunas zonas de la capital del país, del valle de Toluca y del valle de México, pues sus afluentes desembocan en el Alto Lerma que forma parte del Sistema Cutzamala.

Fernando Mejía denunció que no obstante que desde hace más de 25 años se llevan parte de su tesoro a otras zonas del centro de México, no han recibido ni un centavo como pago.

Su reclamo se une al de los mazahuas del sur del estado que iniciaron una lucha hace tres años para exigir a la Federación el resarcimiento de los daños ocasionados a sus comunidades por la explotación del Sistema Cutzamala que dejó sin el líquido a sus comunidades.

“El argumento que manejan es que como no tenemos una carpeta básica que incluya los planos de la titulación de bienes comunales no nos pueden dar nada. Somos una comunidad de hecho, pero no de derecho”, manifestó.

Para que el gobierno federal destine recursos a los habitantes de Xalatlaco por el aprovechamiento del agua, el Comisariado de Bienes Comunales inició un proceso en el Tribunal Unitario Agrario para que se reconozca que son los beneficiarios de esas tierras, explicó.

Sin embargo, el ayuntamiento de Santiago Tianguistenco interpuso un amparo ante juzgados civiles y federales para evitar que se reconozca ese derecho a los de Xalatlaco, expuso.

Fábrica de agua

Los habitantes de Xalatlaco están preocupados porque se ha reducido la disponibilidad de agua, pero están ocupados en revertir esa situación.

Para eso recurrieron a un proyecto prehispánico que creó el rey Netzahualcóyotl para la captación de agua.

A ese plan hidrológico que dio buenos resultados antes de la conquista se le dio ahora el nombre de fábrica de agua.

Alejandro López López, director del Parque Nacional Izta-Popo, fue el primero en recurrir a ese concepto en el año 2000 y ha dado resultados positivos en aquella región.

“Es una tecnología de punta de obsidiana que consiste en crear pozos de absorción en las curvas de nivel para evitar que el agua vaya rodada y erosione la tierra y permanezca en esos fosos y se vaya infiltrando suavemente. Sobre las trincheras que se hacen los fosos se plantan árboles para que en el futuro tengan la función de retención de suelos”.

Los habitantes de Xalatlaco retomaron a su manera esa idea y también quieren construir su fábrica de agua.

Prácticamente solos, sin ayuda oficial, han realizado miles de tinajas ciegas para la captación de agua pluvial y de los escurrimientos en más de 140 hectáreas en el paraje La Piedra y en Agua de Pájaros.

Desde el año pasado más de 5 mil vecinos subieron a la zona boscosa y a más de 3 mil 500 metros sobre el nivel del mar, sembraron además árboles de oyamel.

Son tres objetivos los que persiguen, resume Moisés Fernández, presidente del Comité Central de Agua Potable: “Recargar los mantos freáticos de la región. Utilizar el agua que se capte para el riego de los cultivos y llevar a cabo un proyecto ecoturístico en esta zona”, destacó.

Pero como no han recibido respaldo de las autoridades de los tres niveles de gobierno, el proyecto podría fracasar, porque las tinajas ciegas y los árboles que sembraron no han recibido el mantenimiento adecuado.

El concepto hidrológico que ideó el rey Netzahualcóyotl ha traído beneficios al ecosistema de la región, porque en esta temporada de lluvias algunos de los afluentes han aumentado su caudal, afirmó Pedro Cuadros.

Otro problema que enfrenta Xalatlaco es la falta de infraestructura hidráulica para aprovechar el agua de los manantiales, pues la mayoría del líquido se desperdicia.

Hace unos días iniciaron la edificación de una represa que una vez concluida almacenará hasta 11 millones de metros cúbicos de agua que será distribuida entre las comunidades.

Por usos y costumbres los pobladores de Xalatlaco no pagan por el servicio del líquido que consumen.

“Lugar de agua sobre la arena en la barranca”, es la definición en náhuatl de Xalatlaco y sus habitantes no quieren que se acabe.


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