miércoles, 5 de septiembre de 2007

El mito del agua embotellada

Blogs Milenio, septiembre 5, 2007
De las 350 marcas registradas en nuestro paí­s, sólo cien de ellas ingresaron al programa "Agua purificada, calidad certificada".

Según fuentes oficiales, 11 mil millones de dólares se invirtieron en la producción y distribución de agua embotellada el año pasado en Estados Unidos. Dicha cifra ha despertado conciencia en legisladores de ciudades como Chicago, Washington y San Francisco a tal grado que se incrementará un impuesto de 25 centavos en las botellas de agua.

Por su parte, Joseph Doss, representante de la Asociación Internacional del Agua, apareció en una declaración difundida por la cadena de noticias CNN en Español, afirmando que "todo lo que se haga para desanimar a los consumidores a no seguir comprando agua embotellada, no es de interí©s público".

Pero en lo que respecta a las consecuencias que una botella de plástico puede causar al ambiente son muchas y muy variadas, y una muy significativa es lo que nuestro entorno tarda en desintegrarla o "transformarla" -como los cientí­ficos denominan este hecho- que va de cien a mil años según sus condiciones de exposición. Esto, sin mencionar la explotación de recursos acuí­feros ocasionados por empresas que han comercializado dicho bien.

Tan sólo en nuestro paí­s, estudios especializados señalan que 85 por ciento del agua embotellada proviene de pequeños fabricantes, quienes en ocasiones operan a través del mercado negro. Y de las 350 marcas registradas, sólo cien de ellas ingresaron al programa "œAgua purificada, calidad certificada".

La cuestión es: ¿se ha hecho algo en nuestro paí­s para reglamentar las condiciones de comercialización y distribución del agua? Algo muy cercano a esto, es una "œiniciativa" para reformar la Ley General de Salud en su Artí­culo 461 bis-1 y sancionar hasta con tres años de prisión a quien contravenga las normas sanitarias para embotellar agua y fabricar hielo. Hablamos de un avance, pero ¿se ha hecho lo suficiente?

Delia Atzin Zanella / Milenio.com



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