lunes, 16 de julio de 2007

Cambio climático

El Imparcial, 16 de julio, 2007.
Seattle, Washington.- Conforme la comunidad científica llega a un consenso sobre las causas humanas del cambio climático, incluso Exxon corta sus contribuciones y se distancia de la industria que se empeña en negar el calentamiento global.
Quienes lo niegan no aceptan su derrota y últimamente han encontrado un sustituto para la “ciencia del ruido” que una vez demandaron.
Su nueva táctica es manejar disparando.
El objetivo es la distracción, que puede lograrse haciendo menos a los oráculos, particularmente al “goreáculo” del calentamiento global.
Hemos tenido un episodio de estimaciones exageradas del uso de energía en la casa de Al Gore en Nashville.
El príncipe Carlos recibió ataques por volar a través del Atlántico para recibir un premio ambiental.
A los músicos se les culpa por viajar en jet a los conciertos “Live Earth” del pasado fin de semana. El “Drudge Report” habló todo lo mal que se pudo de este concierto.
La posición de quienes niegan el cambio climático es que lo que está ocurriendo no se debe a la intervención humana, sino a algún tipo de ciclo natural.
Un periódico canadiense de derecha, el National Post, manejó recientemente un tema asegurando que el Sol es el responsable del clima climático, y que manchas solares llevarán al enfriamiento global.
Todo esto sería una molestia si no estuviera distrayendo, lo que es peligroso.
El último reporte de la Britain Royal Society para la protección de las aves no recibe la misma cobertura de prensa que el ataque a un cantante pop.
La sociedad encontró que el calentamiento del Mar del Norte ha causado que los bancos de peces vayan más al Norte en busca de agua más fría, causando el desequilibrio de su hábitat.
¿Qué hace tan peligrosa la negación del cambio climático? Tiene el potencial para retrasar acciones necesarias -reducción de emisiones de carbono, desarrollo de nuevas fuentes de energía- que asegurarían el futuro de la civilización humana en el planeta.
Nadie está cierto de qué pasará. Hasta ahora, sin embargo, el cambio ha ocurrido a un ritmo más agudo del que incluso los más pesimistas científicos predijeron hace algunos años.
¿Quién podría haber predicho un aumento de dos grados en la temperatura en la Antártida en sólo 35 años?
Nadie previó el deshielo del Ártico, que ha sorprendido a investigadores y líderes políticos.
No sabemos qué tan mal se pondrá. El planeta necesita desesperadamente de lo que es, en el peor de los casos, una política de aseguramiento. Y debemos actuar rápidamente, en esta década.
Sólo considere las últimas noticias de la Academia Nacional de Ciencias: “La tasa anual de incremento de emisiones de gases invernadero el 2004 fue del 3%, el triple del 1% de los 90”, o mire el Ártico.
El deshielo es mucho más rápido de lo predicho, elevando la liberación potencial de vastas cantidades de metano, lo que aceleraría aún más el cambio climático.
Los costos de inversión, operación y mantenimiento son mínimos comparados con los de las plantas de tratamientos convencionales.

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