miércoles, 30 de enero de 2008

Agua: ¿Por qué es necesario reusarla?

Centro Mexicano de Derecho Ambiental, Enero 30, 2008





El agua es esencial para la vida, sin embargo, no la estamos cuidando, o más
bien no la hemos cuidado lo suficiente a lo largo de nuestra historia. Para
vivir necesitamos agua dulce, pero el 97% del total del agua que existe en la
Tierra está en los mares y océanos y es agua salada. Del restante 3%, que es el
agua dulce, sólo una mínima parte se encuentra en los lagos y los ríos, la
mayoría son aguas subterráneas y otra parte importante del agua está en los
glaciares.

Las aguas subterráneas se acumulan y circulan bajo la superficie
de terrenos rocosos permeables, formando acuíferos. Por otra parte, el agua de
lluvia o la que cae como granizo o nieve puede formar arroyos y ríos, evaporarse
o infiltrarse a través del suelo y recargar así al acuífero. Las plantas
absorben agua tanto por las hojas como por la raíz, de esta forma la vegetación
reduce la fracción de agua que escurre y aumenta la infiltración, recargando así
también a los acuíferos.

El agua subterránea mana de forma natural en los
manantiales, aunque también la extraemos mediante pozos; pero todos sabemos que
cada vez hay que cavar más profundo para encontrar agua. Esto ha sido una
consecuencia directa de extraer más agua de la que se filtra en las formas de la
naturaleza, es decir, naturalmente. Veamos pues el caso de México. Nuestro país
se encuentra, de hecho, entre los países que ya han extraído entre 20 y 40% del
agua total disponible del subsuelo. Ya en 1995 México llevaba el deshonroso
sitio de ser el único país de América que había extraído un porcentaje tan alto
del total del agua disponible en su territorio. Así, si persiste esta extracción
desmesurada de agua, probablemente también seremos de los primeros paí-

ses
en la lista de aquellos que habrán agotado sus reservas de agua dulce.

Pero,
aparte del agua de lluvia, ¿hay otra forma de reponer las reservas de aguas
subterráneas? Sí, también se filtra y llega al subsuelo el agua de ríos y lagos,
los líquidos que escurren de los basureros, de las minas, de los campos
agrícolas; y si sacamos más de la que se filtra en zonas que están cerca del
mar, entra agua de mar por debajo de la tierra. ¡Ya adivinaste! Esta agua que
era dulce empieza a tener cada vez más sales. Pero no sólo eso, el agua también
se contamina con todo lo que tiramos a los ríos, lagos, arroyos y todo lo que
vertemos en la tierra. Sé que vas a decir, al filtrarse el agua se limpia,
tienes razón; pero es tanta la contaminación que aunque se filtre el agua no se
alcanza a purificar y para colmo de males el agua disuelve los contaminantes que
están en la tierra, como pesticidas y fertilizantes.

Frecuentemente suponemos
que si no vemos turbia o sucia el agua, si no percibimos en ella colores u
olores raros, entonces será porque es agua pura y que por lo tanto no hará daño
beberla. He aquí el gran desengaño. Muchos contaminantes no los podemos ver y
son dañinos, como por ejemplo el nitrato, que viene de los fertilizantes. Este
químico limita la capacidad de la sangre para transportar oxígeno, provocando
asfixia a los bebés, pero además puede dar lugar a nitritos, los cuales son
cancerígenos. Este problema es mucho mayor de lo que se ha denunciado hasta
ahora, y conlleva consecuencias negativas inconmensurables.

Como ya habrás
adivinado, el agua que utilizamos proviene principalmente de los mantos
acuíferos subterráneos, aunque también obtenemos agua de los ríos y colectamos
parte del agua de lluvia. Aquí en Sonora, hemos visto que cada vez hay que
perforar más profundo para que brote el agua y que los pozos se secan. ¿Por qué?
Porque el nivel del agua disminuye, especialmente con la sequía y porque al
aumentar las áreas pavimentadas hay menos filtración. Sin embargo, la principal
razón para el descenso del nivel freático es

la sobreexplotación. A ella se
anticipa que se le sumen los efectos del cambio climático en, por ejemplo, las
acentuaciones o alteraciones que ya empezamos a ver por el efecto de
alteraciones del régimen pluvial.

¿Y qué podemos hacer?, te preguntarás, ¿qué
puede hacer cada uno de nosotros en el campo en el que nos desarrollamos y en la
vida que llevamos, con una cultura negativa del agua, la cultura del despilfarro
o del abuso del líquido?

Se han tomado algunas medidas para que tengamos agua
pero, ¿estamos realmente resolviendo el problema?, ¿se han tomado ya, en forma
decidida, todas las medidas que tiendan a aliviar este grave problema?
Analicemos los puntos a favor y puntos en contra de estas medidas consideradas,
analicemos sus ventajas y sus desventajas.

Construir presas. Se desvía el
cause de ríos, se capta el agua de lluvia, y se impide que sigan sus cauces
naturales; con lo que se les da agua a unos y se les disminuye e incluso se les
quita a otros.

Excavar nuevos pozos. Se corre el riesgo de sobreexplotar los
mantos acuíferos hasta el punto indeseado de llegar a agotarlos.

Tandeos.
Parte de la población consumirá quizás menos agua, pero otros resolverán el
problema con cisternas y tinacos.

Echar a andar proyectos inmobiliarios o
turísticos, con una regulación rigurosa de los mismos. Frenarlos para evitar la
destrucción de bosques, selvas y manglares protegerá los motores de la
naturaleza para generar más agua. Conspirará contra las industrias de la
construcción y de turismo. Ello traerá menos empleos y menos ingresos para el
país. De este punto se vuelven consecuencia directa los dos puntos que
siguen.

Educar a la población para hacer un uso razonable del agua.
Contribuye a resolver el problema siempre y cuando vaya aunado a un programa de
apoyo gubernamental, así como al mejoramiento-modernización de la red de
distribución de agua. La educación siempre es una actividad que deja medir su
impacto sólo a mediano y largo plazos. Establecer campañas de educación del
agua, equiparables a las campañas de vacunación de la población.

Reuso del
agua. Realmente no requerimos agua potable para todo, pero sí agua que cumpla
con ciertas normas. Utilizar las aguas negras para riego es peligroso por los
contaminantes, los microbios y virus patógenos, los quistes y huevecillos de
parásitos (amibas, giardias y lombrices) que pueden traer. Pero existen
tecnologías para tratar estas aguas, es decir, que se cuenta con los métodos
para limpiar las aguas negras de forma tal que se pueden volver a utilizar para
diversos propósitos. Inclusive las aguas negras que se vierten a los ríos y al
mar, se deberían tratar antes de que tengan efectos negativos sobre las otras
aguas y sus sistemas biológicos. El tratar adecuadamente las aguas y reusarlas
ayuda a incrementar la cantidad de agua dulce disponible y a recargar los
acuíferos sin contaminarlos.

Desalinizadoras. Es una posibilidad que no
debemos descartar. El costo actual de esta tecnología es alto en consumo de
energía en sus procesos de desalar el agua. Otras consideraciones a tomar en
cuenta son su ubicación y zona de impacto, es decir su zona abastecible; el
balance entre costo y beneficio para consumidores mayores y menores. Pero
también habrá que poner en la balanza el hecho de que esta tecnología modificará
el ecosistema marino, y morirán peces y otros animales, plantas y plancton.


Como ves no hay una opción única para solucionar el problema del agua, sino
que se deben combinar varias estrategias, uso de presas, pozos, construcción,
reuso y desalinización del agua, pero todas ellas se tienen que cobijar en una
educación del agua. Estas estrategias serán distintas para cada población para
poder alcanzar un justo medio entre ventajas y desventajas. Lo indispensable y
urgente es que todos, niños, adolescentes, jóvenes, adultos y ancianos, tomemos
conciencia de que el agua es un tesoro de vida y que es responsabilidad de
todos.



*Investigadora del Departamento de Ciencia de los Alimentos,
Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, A.C. (CIAD)

*Miembro
del Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la República
(CCC)



consejo_consultivo_de_ciencias@ccc.gob.mx






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