Al grito de “¡Señor Presidente, ya basta, no queremos las aguas del Distrito Federal, hagan sus plantas tratadoras!”, un grupo de ribereños de la localidad hidalguense de Tepetitlán despidió al primer mandatario, Felipe Calderón, quien minutos antes había puesto en marcha el Programa Nacional Hídrico y había anunciado la creación de un Fondo Nacional para el Tratamiento de Aguas Residuales. Rodeado por miembros del Estado Mayor Presidencial, Calderón fue seguido por el grupo de habitantes que clamaban “estar hartos” y pedían justicia y agua limpia “para nuestra gente y para nuestras tierras”. En medio del polvo y del nauseabundo olor proveniente de la presa Endhó —la más contaminada del mundo de acuerdo con la Organización de Naciones Unidas (ONU)—, una señora logró interceptar al Jefe del Ejecutivo y le reclamó: “¡Queremos justicia, señor Presidente. Estamos en la orilla de la presa, ustedes no sufren lo que nosotros sufrimos aquí!”.
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