martes, 4 de marzo de 2008

Playa Olvidada, Acapulco, está convertida en foco de infección.

La Jornada, martes 4 de marzo, 2008


■ Cada segundo recibe mil 200 litros de aguas negras; las plantas tratadoras no funcionan



■ Ninguna de las unidades instaladas durante la pasada administración ayuda a sanear la bahía


■ Detectan concentraciones de coliformes 5 veces superiores al máximo permitido por la norma



Misael Habana de los Santos
(Corresponsal)






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Aves marinas buscan comida en Playa Olvidada, frente a la planta tratadora de aguas residuales. Según ambientalistas, estas aguas son un riesgo para los visitantes

Aves marinas buscan comida en Playa Olvidada, frente a la planta
tratadora de aguas residuales. Según ambientalistas, estas aguas son un
riesgo para los visitantes


Foto: Gonzalo Pérez




Acapulco,
Gro., 3 de marzo. Playa Olvidada, a 500 metros de La Quebrada, no
figura entre las bellezas naturales que promueven las autoridades
turísticas de Acapulco porque es un foco de infección donde dos
colectores, habilitados ante la inoperancia de las plantas tratadoras,
descargan cada segundo mil 200 litros de aguas negras.

La
Comisión de Agua Potable y Alcantarillado de Acapulco (Capama) destina
70 centavos para el tratamiento de cada metro cúbico de aguas negras,
es decir, dos millones 177 mil 280 pesos mensuales, o 26 millones 137
mil 360 pesos al año. Sin embargo, las plantas tratadoras no funcionan.

Las
aguas negras de Playa Olvidada son arrastradas por las corrientes
marinas que circulan entre Caleta y la isla Roqueta, entran a la bahía
de Santa Lucía (“la más hermosa del mundo”, según el eslogan
publicitario) y se les suman las más de 10 descargas de drenajes que se
encuentran frente a las playas Papagayo, Condesa, Icacos, las más
famosas del puerto, y frente al hotel Elcano, entre otros balnearios.

Los
bañistas están expuestos a altas concentraciones de coliformes fecales,
advirtió el presidente de la organización no gubernamental Protección
Ecológica Subacuática, Ramiro Gómez Pardillo, técnico y conocedor de la
contaminación del agua en Acapulco.

Consideró que el mayor
contaminador en el puerto es la propia Capama, que ante la inutilidad
de la planta tratadora de Aguas Blancas, situada en la céntrica colonia
Carabalí, vierte al mar agua con 5 mil coliformes por cada 100
mililitros, cinco veces más que el máximo aceptable.

Colonos que
se han organizado para denunciar el mal funcionamiento de la planta de
tratamiento de aguas residuales de Aguas Blancas señalan que el
problema existe desde hace tres años.

Mauricia Sánchez Castañón,
representante de la asociación, recordó que en octubre se anunció el
reinicio del funcionamiento de la planta, creada durante el sexenio de
José López Portillo. Horas antes, técnicos de la Capama arrojaron a los
depósitos de aguas residuales “litros y litros” de sulfato de aluminio,
polímero e hipoclorito de sodio para separar lodos. La combinación de
los gases que generan esos químicos afectó a vecinos de la colonia
Carabalí, aledaña a la tratadora.

“Los más perjudicados fueron
los niños: 20 enfermaron. Decenas de adultos se quejaron de fuertes
dolores de cabeza. Por la madrugada, algunos vecinos presentaron
vómito, diarrea y fiebre. El paliativo contra este foco de
contaminación permanente que tenemos los vecinos resultó peor que la
enfermedad”, dijo Sánchez Castañón.

La principal planta de
tratamiento de aguas residuales en Acapulco dejó de funcionar hace tres
años, lo que no sólo afecta a habitantes de colonias céntricas del
puerto, sino a todos los porteños y turistas que usan las playas, pues
se siguen descargando aguas sin tratar en Playa Olvidada.

Ésta no es la única planta de tratamiento en la zona urbana de Acapulco, pero sí la más grande.

El
director de la Capama, Miguel Ángel Castro Salas, reconoció que con la
infraestructura actual sólo se trata 50 por ciento de las aguas; el
resto se descarga en la bahía, en la laguna Tres Palos y en la Laguna
Negra de Puerto Marqués.

Sobre las plantas tratadoras instaladas
durante el gobierno del alcalde perredista Alberto López Rosas
(2002-2005), el activista Ramiro Gómez dijo: “Ninguna ayuda al
saneamiento de la bahía, porque fueron realizadas fuera del anfiteatro
acapulqueño” (la zona donde se encuentra la bahía de Santa Lucía).

Añadió
que tampoco funcionan las plantas de Pie de la Cuesta, La Mira y
Miramar, mientras que la del kilómetro 30 carece de colectores.




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