MADRID, España; 02 junio 2008.- El agua dulce debería decretarse como un patrimonio de la humanidad y comprometerse todas las naciones del mundo con su uso y cuidado, solicitó hoy aquí el Premio Nobel de Química el mexicano Mario Molina.
El investigador se pronunció al respecto en la ciudad de Valencia, durante la conferencia de prensa en la que se anunció esta posición, respaldada por los dieciocho Premios Nobel que son jurados de los galardones Rey Jaime I.
El Nobel de Química 1995 dijo que “no hay una solución mágica ni única para la escasez de agua”, por lo que se requiere un gran pacto internacional en el que se involucre a todos los continentes.
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