La contaminación que prevalece desde hace más de tres décadas en el Río Santiago, no es por metales pesados, sino por coliformes fecales que rebasan considerablemente las normas ambientales, concluyó el estudio realizado por el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA).
De los 10 puntos muestreados a lo largo del Santiago y el Arroyo El Ahogado, nueve están fuera de la normatividad y de los lineamientos de la calidad del agua de la Ley Federal de Derechos para Uso 3 y protección de la vida acuática; sólo uno, ubicado en el río a la altura de la ex hacienda de Zapotlanejo, se encuentra dentro de los parámetros permitidos.
De acuerdo con la NOM-001-SEMARNAT-1996, las descargas a un cuerpo de agua no deben superar los mil coliformes fecales por cada 100 mililitros, pero en El Ahogado hay niveles de hasta cien millones.
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