Derrumbe de viviendas, proliferación de infecciones, fauna nociva y mal olor, son algunas de las consecuencias de vivir alrededor de Santa
Fe, la zona de mayor plusvalía y desarrollo del Distrito Federal.
La falta de una planta de tratamiento de aguas, así como la constante edificación de nuevos consorcios y residenciales sin drenaje propio, significa para los habitantes de colonias como el Pueblo de Santa Lucía, o Jalalpa, en la Delegación Álvaro Obregón, o Cruz Manca, en Cuajimalpa, ser los receptores de los desechos que estas construcciones vierten en las barrancas Atzoyapan, Tlapizahuaya, Becerra y Santa
Fe, y cuyos causes confluyen en el Río Mixcoac, que pasa por sus viviendas.
Otros habitantes de la zona urgieron también a terminar la planta de tratamiento de aguas residuales para combatir la contaminación de las barrancas.
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