Sobrexplotado por la actividad lechera, el manto freático de La Laguna sufre contaminación, especialmente de arsénico (no por
cierto cianuro
, como aseguró el licenciado Calderón). También corre peligro de recibir otros contaminantes provenientes de la industria, la basura y las aguas negras que se tiran en el cauce del río Nazas, seco desde 1968. Esto ocurrió ya en 2008, cuando el río nuevamente tuvo agua al desfogarse los excedentes de la presa Cárdenas, la principal de la región.
Si en las próximas temporadas de lluvia se llena el vaso de la presa, lo que debe hacerse, advierten desde ahora los especialistas, es destinar el agua sobrante a la recarga del maltratado acuífero, no a sembrar más alfalfa para las vacas.
En otras partes del país urge revisar el estado en que se encuentran las presas que ya cumplieron su vida útil y que disminuyeron su capacidad de almacenamiento por el azolve proveniente de la erosión de las partes altas de las cuencas alimentadoras.
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